Daniela Correa
Los seres humanos somos muy malos prediciendo el futuro. Una prueba de esto son las películas de Hollywood. En "Back to the Future II" película de 1989 ya las patinetas voladoras eran un artículo de uso común, supuestamente para el 2015... ¿eso sucedió?, ¡por supuesto que no!
En la primera película de Mad Max de 1979 se muestra el futuro del final de los 90s (según cálculos de los fanáticos de la saga y basados en entrevistas hechas al escritor y director George Miller). Afortunadamente lo peor que sucedió al final de los 90s fueron las franelas.
El Harvard Business Review ha publicado diversos artículos sobre como los intentos de predicción por parte de los seres humanos, no han llegado muy lejos. Philip Tetlock de la Universidad de Pennsylvania, escribió uno de los libros más reconocidos en este tema: "Expert Political Judgement". En éste pidió a expertos que predijeran eventos geopolíticos como la desintegración de la Unión Soviética. Los expertos fueron consistentemente menos exactos que los algoritmos más simples y hasta se les comparó con monos "tirando dardos". A pesar de estos resultados, Tetlock sí logró descubrir algo relevante sobre el estilo de pensamiento que ayudaba a la predicción: aquellos que preferían considerar múltiples explicaciones y lograban balancearlas juntas, tenían mejores resultados que aquellos que sólo se basaban en una sóla gran idea.
Volviendo a Hollywood, si nuestra idea de futuro está basada sólo en la apocalipsis o gadgets "innovadores", nos estamos basando en una sóla gran idea y la tentación de hacerlo es poderosa o mejor dicho: fácil. Es más fácil basarse en una sóla gran idea que tener que hacer malabares con varias (sin que ninguna se caiga)
¿Y qué tiene que ver esto con la estrategia? Que siempre, siempre que hablemos/hagamos estrategia nos referimos a un plan a largo plazo, a poner una meta de algo que queremos lograr en el futuro, casi que a predecirlo, a jugar de Nostradamos. Existen varios elementos que considero evitan que hagamos estrategia:
No saber cómo se hace.
Creer que no es necesaria.
Falta de tiempo, perecilla.
Pensar que es muy difícil y que solo eruditos pueden (efectivamente fácil no es, pero estoy convencida de que todos podemos)
Temor a pensar a largo plazo.
Hoy me estoy refiriendo a la quinta. La estrategia no es cortoplacista, y somos malos prediciendo el futuro ya que nos basamos en una sóla gran idea, ¿por qué?, simplemente por que es más fácil. Ante esta hipótesis que les planteo, ¿qué podemos hacer al respecto?
1. RECOLECTE TODA LA INFORMACIÓN QUE PUEDA.
La estrategia necesita de investigación y hay que quitarse la idea de la mente de que hacer investigación es algo muy costoso. Hay 3 variables que caracterizan a la investigación y uno sólo puede seleccionar 2 de ellas:
a. Es buena.
b. Es rápida.
c. Es barata.
Usted verá cuál le funciona, pero ojo que puede seleccionar la a y la c... La investigación no tiene por qué ser costosa, la ciencia está en saber dónde buscar, qué preguntar y luego tener la habilidad de poder juntar estos datos para crear información que sirva para la toma de decisiones.
2. ESTABLEZCA RELACIONES ENTRE LA INFORMACIÓN QUE RECOLECTÓ.
Otra de las grandes preguntas hoy en día es: ¿por qué habiendo tantos datos estamos tan desinformados? Podríamos ahondar en este tema, pero es sabido que no sabemos qué hacer con tanto dato. Lo que debemos hacer además de entender los datos, es poder juntarlos entre sí. Uno puede tener un dato del Departamento de Censos de un país, juntarlo con un dato de una noticia de un medio confiable y crear información muy relevante. Lo que hay que tener es:
a. Un buen conocimiento de esa industria o mercado, o por lo menos comprender el modelo de negocio.
b Habilidad de hacer asunciones válidas y con sentido (el punto a, ayuda con este tema) No siempre vamos a tener toda la información que queremos y por esto vamos a tener que asumir cosas.
c. Pensamiento conceptual que le ayude a juntar ideas, datos (ojalá con un poco de estadística descriptiva, que es la más sencilla que hay)
3. NO DEJE LA ESTRATEGIA DE LADO POR SER LARGO-PLACISTA.
Este es el simple factor que siempre falla, tener que pensar en el futuro, tener que imaginarlo. Podemos tener muchos datos, haberlos transformado a información e igual no hacemos nada. Tal vez lo más que llegamos a hacer es tácticas, cuestiones del día a día,sin saber cómo eso va a afectar nuestros metas o el futuro.
Algunos argumentan que cada día será más difícil predecir el futuro porque los avances son cada días más rápidos. Puede ser cierto, pero la estrategia la podemos dividir en tractos, qué queremos los próximos 3 meses, 6 meses, 1 año, 2 años. Podemos parar ahí. La predicción de 10 años es cada día menos vista. El punto es que es indispensable saber cómo lo que hacemos hoy contribuye a mañana, si lo que queremos es crecer (estoy bastante segura que todos queremos eso) Inicie por meses, semanas si quiere y cada vez que logre esas pequeñas metas, se verá más tentado a querer más grandes, las cuales requerirán de un poco más de tiempo.
¡Feliz futuro!
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